Entorno escéptico

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Sobre el determinismo débil 

En los últimos siglos la comunidad científica ha tendido al consenso sobre la determinación que rige en la naturaleza. El determinismo consiste en que todos los procesos de la naturaleza se desarrollan unívocamente de acuerdo a las leyes naturales, las cuales vamos descubriendo conforme progresamos en nuestro conocimiento. En este sentido, toda la naturaleza estaría totalmente determinada de acuerdo con esas leyes.

Sin embargo, en las últimas décadas se ha roto el consenso al descubrirse procesos a nivel de partículas elementales (nivel cuántico) que posiblemente sean aleatorios dentro de un margen. Si consideramos este factor, el concepto de determinismo imperante (denominado determinismo fuerte) queda cuestionado, dejando espacio para una evolución de la naturaleza más abierta, no fijada hacia un resultado único.

¿Y qué procesos son esos en los que se han encontrado resultados aleatorios? Pues el más relevante es la desintegración radiactiva del átomo.

La desintegración radiactiva del átomo es un evento que sucede de forma probabilística al cabo de un tiempo. En el caso del famoso carbono 14, se desintegra un 50% de ellos (periodo de semidesintegración) tras 5.730 años.

Supongamos un átomo C14 en un entorno. Al cabo de 5.730 años habrá un 50% de probabilidad de que se haya desintegrado en nitrógeno 14 y otro 50% de que aún no. Por tanto, en un escenario del 50% de probabilidad habrá un átomo de nitrógeno y en otro escenario del restante 50% de probabilidad habrá uno de carbono 14.

Como un átomo de nitrógeno reacciona con los átomos de su alrededor de forma diferente que otro de carbono, cada escenario tendrá unas reacciones ligeramente diferentes. Son dos escenarios ligeramente diferentes provenientes de una misma causa.

Se dice que la desintegración del átomo es un evento azaroso porque todos los isótopos del mismo elemento (átomos) son iguales, razón por la cual las causas que intervienen son las mismas.

Si tenemos 6.000.000 átomos de C14, al cabo de 5.730 años se habrán desintegrado un 50%: 3.000.000. Esta cifra es la esperable gracias a la probabilidad. Sin embargo, si tenemos solo un átomo desconocemos cuando se desintegrará (se convertirá en N14), si en el año 2 o en el año 8.000. Esto provoca escenarios diferentes.

La determinación fuerte, por el contrario, conllevaría una desintegración en un tiempo fijo, en un momento determinado, de acuerdo a las causas imperantes.

Una mezcla de determinación fuerte (obedeciendo unívocamente a leyes naturales estrictas) y un pequeño grado de aleatoriedad forman el concepto de determinismo débil, el cual tiene su ligera influencia a nivel macro, suficiente para no poder predecir la evolución exacta de la naturaleza aun conociendo todas las variables.

En consecuencia, el determinismo débil es probabilístico mientras el determinismo fuerte es unívoco.

Otro proceso que podría ser al azar es el siguiente: en la liberación de un par de partículas entrelazadas cada una escoge el sentido de giro (spin) de manera aleatoria, no habiendo causa que justifique un sentido u otro. Pero tenemos menos datos de este enigmático proceso (ver el entrelazamiento cuántico y sus asombrosas particularidades).

Una consulta a la situación actual de la comunidad científica nos indica que el determinismo fuerte de antaño se está quedando minoritario a favor del débil. Esto es consecuencia de las implicaciones de la mecánica cuántica aunque, la complejidad de esta obliga a ser cautelosos en las conclusiones.

Una objeción típica al determinismo débil es que la presunta aleatoriedad se puede deber a variables ocultas, ya que dos átomos no son exactamente iguales al no ocupar el mismo espacio exacto. Esta interpretación va quedando desechada por el consenso científico. Para justificarlo extraigo un párrafo completo de Wikipedia:

La mayor parte de la comunidad científica considera la mecánica cuántica como un evento azaroso y no determinista, al basarse en probabilidades y al parecer no estar regida por principios comunes a la mecánica tradicional. Desde el principio de incertidumbre de Heisenberg, pasando por el teorema de Bell, hasta las evidencias mostradas por miles de experimentos realizados en las últimas décadas se demuestra que en la mecánica subatómica rigen leyes indeterministas, al contrario de lo que pensaba Einstein que sostenía la idea de no predictibilidad basándose en la existencia de variables ocultas desconocidas que determinarían esa aparente realidad aleatoria. La cuestión abierta en la ciencia actualmente no es si las escalas cuánticas se comportan o no de manera determinista sino porqué la realidad macroscópica es determinista y la realidad cuántica indeterminista.

Nota: en la interpretación del determinismo débil y en el consenso científico no hay lugar para el libre albedrío. Habría que buscar en otro sitio para encontrar pistas de dicho concepto (o pseudoconcepto).



2 respuestas a “Sobre el determinismo débil ”

  1. No soy científico. No he leído mucha ciencia aparte de los prospectos de aspirina. Por eso tengo un enorme respeto a todo lo que sale de la boca de alguien que se haya preparado con todo ese cúmulo de conocimientos amontonado desde Demócrito hasta aquí. ¿Todo? ¿TODO? Paren el carro.
    Hay una línea inevitable en el proceso del conocimiento; Primero acopio de datos. Después, organizarlos, clasificarlos, comprobarlos si es preciso con trampitas como el doble ciego y todo lo demás. Pero luego, interpretarlos. Y ahí está la madre del cordero. Porque en ese punto ya puede fallar todo el edificio: hay humanos en ese punto. Con sus predisposiciones personales, sus vivencias previas, su ideología inevitable, sus sesgos inconscientes. Cuando yo leía a Malinowsky o a Levi-Strauss, indiscutibles gurús de la antropología, me quedaba alelado ante sus métodos, su habilidad en la recogida de datos, su paciencia, su versatilidad y su flexibilidad para captar distintos puntos de vista. Pero casi siempre, al final de sus obras, Se ponían a PENSAR. y muchas veces me tenía que aguantar las ganas de gritar «¿Pero qué tonterías está escribiendo este tío?» Y es que en ese momento habían suspendido toda la ciencia que habían empleado para sustituirla por la mera intuición. No podían evitar ser «humanos» con sus defectos. Y la vida me ha ido enseñando que en el manejo de la intuición el señor Malinowsky puede que no siempre sea superior a mi portera. Hace tiempo que estoy leyendo, muy mosqueado, lo del consenso o no consenso acerca del determinismo o el azar en el mundo cuántico. Veo a personajes con una capacidad acumulada de conocimientos a la que no llegaré yo nunca ¡y siguen discutiendo! Poco currículum muestran para que yo, miserable lector, me pueda convencer de uno u otro punto de vista. Otros dicen que el mundo es probabilístico: quizás quieran decir que si busco uns partícula de las que me constituyen, me será imposible encontrarla. Puede que esté aquí o esté ahí o que no esté. Pero que sin embargo, la suma de probabilidades que definen a todas mis partículas pueden describir con suficiente certeza donde estoy sentado ahora mismo. O que mi GPS acierte mi ruta cuando estoy a punto de perderme. Pues me parece suficiente, oigan. De todo lo que leo me parece más plausible lo de que la presunta aleatoriedad se deba a variables TODAVÍA ocultas. Me siento con todo el derecho a apuntarme provisionalmente a esa hipótesis. y también con derecho a creer que la realidad macroscópica y la cuántica son las mismas pero que me parecen distintas porque mis gafas no dan para ver bien lo que pasa en la segunda. Y ahora me voy a dormir a ver si se me ocurre alguna tontería mejor.

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    1. Sí, al divulgar conceptos propios de la alta ciencia hemos de ser doblemente cautelosos. Creo que la entrada está escrita de forma prudente, sugiriendo posibilidades, mostrando la mayoría del consenso científico y su evolución, sin pontificar.
      En relación a las variables ocultas creo que se van desechando por motivos de estadística. Cuando observamos que dos átomos iguales se desintegran en muy diferente tiempo podemos considerar muchas variables. Pero cuando millones de átomos, en multitud de experimentos, presentan comportamientos diferentes y sin una pauta más allá de la aleatoriedad…
      Mi intención con estas entradas no es fijar ciencia sino llevar al público extractos de ella para la reflexión. En este caso, tal como finaliza la entrada, pretendía lanzar un dardo más contra el libre albedrío como tumba de la religión tradicional. Sin libre albedrío no tienen sentido los relatos monoteístas.

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